Silenciosos y sin embargo imprescindibles. Oficios que marcan y son marcados.
¿Quién no ha querido atentar contra el tiempo, calmar latidos y rescatar al niño que aún somos?
¿Hay alguien que sane infancias; recuerde trepar montañas imposibles o persista en fantasear?
¿No ha soñado alguna vez con apagar el sol, calmar olas y encender viejos faros?
Algunos de ellos, dejaron que me inmiscuya en su rutina y registre su existencia.
Saura - Conservadora del otoño
Teanlú - Guía de la niña interior
Nina - Regente del tiempo
Ñambi - Centinela de la respiración
Unax - Guardián de despojos
Ábaco - Cribador de notas desafinadas
Ainum - Lírico de las montañas
Alexa - Enfermera de heridas infantiles
Katuyara - Cancerbera de fantasías
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