Marzo 2020. Europa. Fin del invierno. Pandemia del ombligo.
Confinados a refugios llamados hogares.
Oscuridad, aullidos de ambulancias, silencios puñales, incertidumbre, miedo.
Todo ello discurriendo por trincheras disfrazadas de balcones.
Según el cristal; a veces viento a favor, otras muy en contra.
Entre la desnudez y orfandad del frío; ver fue posible. El espejo hacia adentro; agradecimiento y reencuentro.
Cotidianeidades protagonistas de quien abandona sombras y vuelve a mirar.
¿El mal es el olvido del bien? Tal vez muchos siguen desmemoriados.
Pandemia del ombligo. Nadie será distinto a quien ya era, excepto que se lo proponga.